sábado, 10 de mayo de 2008

Poema de Arturo Borra (Argentino afincado en Valencia)

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(Vladimir kuhs)
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Hospitalidad
A Viktor


Hay médanos que crecen
como hijos del desierto
con su orfandad de arena,
sus tunas de dulzura,
el viento levantando los niños,
acunándolos como una madre
que gesta una pupila para alumbrar.

Hay una diminuta linterna
que busca tras las cercas sus destellos.
Hay escalada de lumbre,
luna que agrieta las panoplias,
llaves que destraban el silencio
para ser lenguaje de cumbres difusas.

Hay espacios que al deshabitarse
se fugan hacia un vértice
de geografías nacientes.
Hay ánimo de ser
en la esquina de una mirada
que salta sus cerrojos
y refugia los desamparos,
la cercanía urdiendo su estambre,
los ojos solos de la soledad.

Esquina de la risa en su humo
que se eleva perenne,
que surca la frente del acontecer
y despabila residentes con sed de otros cántaros,
y arriesga la patria de los desabrigados
que pueblan las imposibles islas de nosotros
-espejismos de distancia
herida, siempre herida, siempre
abierta a una morada de resplandores,
en las tinieblas sin lugar.

Hay universos de tentativas robadas a todos los abismos.

Detrás de la montaña la tierra de otros hombres,
una hospitalidad que abriga de las clausuras,
mañana de oasis que se avizora,
niños descansando en el regazo del viento,
una madre naciendo sus pupilas.

Arturo Borra. (Argentino afincado en Valencia)
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